Miércoles, 15 de Abril, 2020

Antes de empezar con el diario de hoy, os dejo el enlace a las dos entradas anteriores sobre el mismo:Lunes, 13 de Abril... y Diario de un confinamiento.

Y muchas gracias por la tan buena acogida que están teniendo estos artículos.

Miércoles, 15 de abril, 2020. 33º día de confinamiento

Madrid, 05:50 de la mañana.
Acabo de leer que ayer hubo 567 fallecidos. DEP. No quiero ni pensar en cuánto dolor representa esa cifra.
Yo le temo más a las pérdidas que a mi propia muerte. Tal vez sea egoísta y no quiera sufrir. Sufre el que se queda.

Me estoy acostumbrado a esta rutina. Supongo que será porque mi cerebro sabe que en algún momento terminará.

Estoy volviendo a leer más, es decir; durante más tiempo seguido. Tengo que ir pensando en lo siguiente que me apetece. Quizás algo de algún clásico ruso.

Ayer hablé con una amiga que lo está pasando muy mal por causas ajenas a esta situación. Pero la situación tampoco ayuda, claro está. Y es que esto es como una guerra: nos afecta a todos, en mayor o menor medida, y en todas las facetas de nuestra vida.
Sentí mucha impotencia porque mi amiga está lejos físicamente y solo le pude ofrecer mi amor y palabras de consuelo a través del hilo telefónico. 
Es una amiga de verdad, de las que se alegran y se entristecen contigo. Iba a escribir que qué buena suerte tengo con mis amigos. Pero no se trata de suerte: de unos 5 o 6 años para acá me he convertido en alguien muy selectivo con mis amistades. Me entra casi la risa cuando me recuerdo a mí misma tratando de hacer buenas migas con personas con las que no había ningún tipo de feeling.

Escritora Diario


Llueve. Me gusta el sonido de la lluvia en los cristales, me relaja. Y siempre me hace recordar ese poema de  Antonio Machado (repiquetea la lluvia tras los cristales). Es más recuerdo, como si fuera ahora mismo, cuando me enseñaron ese poema en el colegio, hace ya 30 y pocos años. Me recuerdo a mí misma sentada en un pupitre junto a la venta y mirando a través de ella mientras la profesora o algún alumno recitaba la poesía.
Creo que llovía, pero puede que eso ya sea un adorno de mi imaginación.

No entrené ayer. Podría excusarme en el miedo a lesionarme por el tirón que tuve. Pero no lo voy a hacer. La realidad es que decidí dedicar la tarde a una tarea que llevaba postergando algún tiempo y, cuando la terminé (aunque no quedé totalmente satisfecha con el resultado), preferí relajarme leyendo. Y es que cómo nos gusta el autoengaño a los humanos, con el daño que nos hace. Pero, claro, es tan cómodo a corto plazo.

06:19. Voy a leer mientras me tomo un café y luego me visto para entrenar.

Comentarios

  1. Dices grandes verdades

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  2. En esencia, salvando las diferencias es lo que nos ocurre a todos amiga. Aún a veces siento que me voy a despertar y que todo ha sido una pesadilla, pero tristemente no lo es. Ojalá acabe pronto y podamos retomar nuestras vidas.

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