La fusión latino-mediterránea que triunfa en Chueca

Comenzamos semana con un más que interesante descubrimiento gastronómico en Chueca. Y mira que yo es oír la palabra "fusión" aplicada a la comida y me dan unas ganas tremendas de echar a correr  porque suele decepcionarme en al mayoría de los casos. Pero Gastromaquia (C/ Pelayo,6) me convenció del todo: desde su sencillo y acogedor local decorado en blanco y azul hasta su propuesta en carta y pasando por su más que acertada selección de vinos con referencias tradicionales y otras mucho más arriesgadas.

Lo cierto es que fue muy difícil decidirse porque todos los platos apetecían aquella noche de viernes, pero finalmente optamos por las croquetas de boletus (llevaban cebolla y el rebozado era muy crujiente y nada pesado).

A continuación mejillones Tikka Masala (muy especiales y con un ligero picante, pero aptos para todos los paladares, creedme porque yo no tolero casi el picante y me parecieron muy agradables de comer).

Como principal arroz negro (se trataba de un arroz meloso con chipirones crocante y emulsión de ají amarillo) . Si os gusta este tipo de arroz pero queréis pasar a otro nivel, no podéis dejar de probar esta delicia.

Para acompañar estos manjares optamos por un vino blanco canario que a mí me tiene enamorada: Malvasía Volcánico Seco. Proviene de Lanzarote y es de las bodegas Bermejo. Hay que rascarse un pelín  más el bolsillo que con otras referencias más habituales, pero merece muchísimo la pena.

Me consta que este restaurante lo está petando porque yo misma quise reservar para repetir el finde pasado y no tenían mesa. Y no me extraña porque además de una propuesta gastronómica honesta, de calidad y cumpliendo lo que promete, el trato es exquisito y la relación calidad-precio moderada (sobre 25€ por persona)

Id anotando este restaurante en los imprescindibles del 2018 y visitadlo en cuanto tengáis ocasión.

Mucho ánimo con la semana y nos leemos lo más pronto posible por aquí. No me da la vida con las opos y el blog.