Comer (y cenar) en Praga

En este post nos vamos a ir de viaje hasta Praga para compartir con vosotros algunos de los restaurantes que tuvimos la oportunidad de disfrutar durante nuestra estancia en estas vacaciones. Praga es una ciudad cuyo desarrollo turístico ha sido enorme en los últimos años, y pudimos comprobar que cuenta con muchísima oferta gastronómica y a precios muy asequibles. Vamos allá

1. Lavande: fue el primer restaurante al que fuimos, la primera noche del día que llegamos a Praga. Encontramos el sitio buscando restaurantes por Tripadvisor cercanos al hotel. La verdad que fue un acierto total. Se trata de un pequeño restaurante situado a la orilla del río Moldava que separa la ciudad (en la orilla opuesta al centro y parte vieja), decorado de forma moderna y muy a la moda. Nos sentamos en las mesas de la terraza para poder disfrutar de las vistas al río. Para comer pedimos un plato autóctono (pechuga de pato) y una hamburguesa al estilo de la casa, ambos espectaculares. Como eran bastante abundantes no pedimos postre. El precio, con bebida incluida, salió muy económico, a 11€ por persona. Mención especial del servicio, ya que la chica que nos atendió fue muy simpática (allí la gente en general es un poquito distante)

2. Mistral Café: en este caso, encontramos el sitio a través de la guía Lonely Planet que habíamos comprado para el viaje. Se encuentra a medio camino de la Plaza de la Ciudad Vieja y el barrio Judío y Josefov. Y ciertamente fue como encontrar un pequeño oasis en el centro. Al fondo del todo el restaurante cuenta con una pequeña terraza con luceros de apenas 3 mesas que dan a un pequeño patio interior ajardinado. Pedimos para comer un risotto con pechuga de pollo y fish&chips, muy rico todo. La cuenta, incluyendo bebidas, cafés… fue de 13€ por persona.

3. Bakeshop: el mismo día del Mistral, decidimos hacer una pausa por la tarde en esta panadería/cafetería que se encuentra en el barrio de Josefov. El sitio cuenta con muchísima variedad de dulces y pasteles, y lo encontramos también a través de la Lonely Planet(que conste que no nos llevamos comisión, pero como podéis ver, la verdad que seguir las recomendaciones de la guía es un acierto casi seguro). Merendamos algunos dulces típicos de allí (rugelach), y algo de bollería para recuperar fuerzas, y la verdad que todo súper rico. Nos costó en total unos 8€ con las bebidas.

Bueno, y de momento eso es todo. Para no hacer demasiado extenso el post, continuaremos compartiendo nuestras experiencias gastronómicas por aquellos lares en otro post.