Donde te quieren

Hola chic@s, cuántos días sin aparecer por aquí. Y es que las vacaciones no han dejado ni una tregua para sentarme a compartir mis venturas y desventuras con vosotr@s.

Pero bueno, como todo en la vida, las vacaciones ya han llegado a su fin y ya hoy he podido retomar el estudio y empezar a mentalizarme de que quedan días largos e intensos de #OpoZulo.

Lo cierto es que aunque las vacaciones han sido estupendas yo ya tenía algo de ganas de volver a la rutina y de organizar el nuevo curso. Eso sí, estos días de descanso me han servido para reilusionarme y cargar las pilas a tope. Y es que para eso son las vacaciones, ¿no?.

Me estoy enrollando muchísimo, cuando lo que en realidad os quería contar es que lo mejor de estas vacaciones ha sido que hemos ido a sitiod donde nos quieren y que hemos compartido momentos con personas que nos quieren, que querían de una manera real y sincera que estuviésemos allí con ell@s.
Y es que ante tanta relación ficticia y artificial a la que a veces nos vemos obligados por cuestiones laborales o académica, cómo se agradecen esos abrazos envolventes, esas risas alegres y ese ánimo de agradar y de dar y darse a los demás.

Además esto de la gente que te quiere tiene su punto de efecto dominó.Me explico: nuestro primer destino fue la costa gaditana.Allí nos hemos quedado en la casa familiar de una íntima amiga. Yo casi no conocía sus padres, pero ellos saben de la relación tan intensa que nos une a ambas. Es por eso que, contagiados de la alegría de su hija por nuestra visita, también nos han querido a nosotros un poquito.
En este caso podemos decir que noshemos  "ganado" el cariño de los padres de mi amiga por la estela que hemos ido dejando en nuestra relación con ella.


Nuestro segundo destino ha sido el Valle del Jerte en Cáceres. Aquí digamos que hemos sido beneficiarios de un amor de "segunda generación". Os cuento: mi madre procedía de este precioso valle cacereño, y cuando se han cumplido 19 años desde su muerte, hemos podido recibir mucho del amor que ella esparció por este mundo. Y es que no sabéis lo que es que gente que hace años que  no te ve te ofrezca su casa, su mesa, los frutos de sus campos y su corazón porque solo tienen buenos recuerdos de tu madre y de tus abuelos. He perdido la cuenta  de las veces que he escuchado en cinco días "Qué buenos eran tu mamá y tus abuelitos". 
Qué emoción tan intensa al ver como a algunas personas se les caían las lágrimas al ver el parecido físico tan asombroso que tengo con mi madre.


Todo esto me ha llenado del deseo de querer ser mejor persona, más generosa, más trabajadora, más humilde y empática. Y es que, ¿qué estela queremos dejar en este mundo?.






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