Hygge (Felicidad danesa)

Hace algo menos de una semana me topé en la revista Glamour con un reportaje sobre "hygge". Jamás antes había oído hablar sobre el término, pero sí que los daneses venían encabezando año tras año el ranking de la felicidad. Por ello, tras leer este artículo sobre la felicidad danesa, me quedé con ganas de más. Así que he pasado mucho de mi tiempo libre de esta última semana indagando sobre el término.

Lo primero que puedo decir es que "hygge" no tiene traducción literal a otros idiomas, ya que al tratarse de un sentimiento intrínsecamente danés, es casi imposible buscar un sinónimo absoluto en otro idioma.
Si bien esto es así, el término tiene su origen en el siglo XVIII y proviene del mundo del mar, asociado a la sensación de confort del reencuentro con la familia y la estancia en el hogar tras duras temporadas embarcados.

Aunque no vamos a obviar que el estado de bienestar del que gozan los daneses contribuye  a alcanzar ese "hygge" , tampoco podemos olvidar que en  el país las tasas de alcoholismo y suicidio también se encuentran a la cabeza.

Con todo esto, vamos a tratar de diseccionar  el término y tratar de importarlo y adaptarlo a nuestra vida, para conseguir un poquito de esa felicidad danesa, pero a la española.

Ya he apuntado antes que el término se relaciona con el confort.Y así es, se trata de disfrutar de una comodidad tanto mental como física conseguida a través de las pequeñas grandes cosas de la vida. 
¿Y cómo podemos conseguir esto? . Se trata de ir incoroporando pequeños gestos, detalles, elementos y alimentos que nos ayuden a experimentar ese "hygge". 
 Tengo que reconocer que cuando conocí el término, me sentí muy identificada con él ; ya que siempre he sido muy amante de cuidar los pequeños detalles del día a día y que nunca ha supuesto un esfuerzo para mí.

Tampoco es menos cierto que el término está íntimamente vinculado a la temporada invernal, algo muy lógico si tenemos en cuenta que en Dinamarca pasan largas temporadas al año con solo cuatro horas de luz solar.
Pero no solo podemos disfrutar de las  pequeñas   cosas de la vida en invierno, sentirse cómodo y bien no es cuestión de estaciones.

Algunas cosas muy "hygge" serían:

1. Un libro y un café. Algo tan simple y a la vez tan maravilloso como poder pasar un par de horas en compañía de un buen libro y una deliciosa taza de café humeante puede convertise en una experiencia única , si cuidamos hasta el más mínimo de los detalles y ponemos nuestros cinco sentidos en disfrutar de la experiencia. Elegimos un libro que tengamos muchas ganas de leer en una edición cuidada, nos enfundamos en un precioso jersey de cashemere, nos preparamos un café de calidad y lo servimos en una taza preciosa y especial. Elegiremos el rincón favorito de nuestro hogar, en el que cada objeto que tengamos a la  vista  nos evoque alegría y bienestar.



2. Alimentarse entre amig@s. Las comidas y cenas que compartimos con los nuestros son uno de mis momentos favoritos de la vida. Y es que me apasiona abrir las puertas de mi hogar a las personas a las que quiero y agasajarles con platos preparados por mí misma, a la vez que elijo un vino especial. Tampoco pueden faltar unas flores frescas que inunden de color y olor la estancia.Así mismo, no podrán faltar las velas.
¡Estas comidas alimentan el alma más que el cuerpo!.

3. Burbujas de felicidad. ¿Y qué me decís de darse un buen baño calentito de burbujas mientras disfrutas de tu bebida favorita previamente elegida con sumo cuidado?. Podemos aderezar el agua con unas gotitas de esencia de lavanda y elegir una play list de lo más relajante.


4. En movimiento. No restringiremos el término "hygge" a la inactividad, también podemos encontrar virutas de felicidad en una sesión de yoga o en nuestra tabla de ejercicios favoritos. Para completar el momento, elegiremos un outfit que nos haga sentir bien, guap@s, cómodos y nosotr@s mism@s, ante todo.

5. Repostería casera. Podemos dar un toque muy hogareno a nuestra casa, si nos decidimos por hornear algún bizcocho, algunas magdalenas o galletas para recibir a alguien en casa o para disfrutar nosotros mismos de alimentos cocinados sin prisas.Es increíble lo reconfortantexque es.


 ¿Qué os parece? ¿Os unís a la felicidad danesa?








 

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